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ME HAN ECHADO DE "EL PADRE"

Desde octubre de 2016 (al 11 de febrero de 2017) estaba ensayando el espectáculo "El padre" de August Strindberg. Como es mi costumbre puse en ese proyecto todo mi compromiso. En forma artera, injusta, unilateral y canalla su director, Marcelo Velazquez, sin previo aviso y sin que nada me hiciera pensar que eso podía suceder me separó del proyecto POR MAIL (que copio más abajo) el viernes 10 de febrero. A 30 horas de enviado el mensaje no se ha comunicado conmigo ni él ni nadie del elenco salvo algunas respuestas ambiguas a mi desesperado pedido de ayuda. Es alarmante el estado de indefensión que podemos sufrir actrices y actores frente a conductas psicopáticas y perversas.

Aquí publico mi respuesta a ese mail:



A: Marcelo Velazquez, Edgardo Moreira, Ana María Castel, María Viau, Enrique Dumont, Luis Gasloli, Santiago Molina Cuelli, Blacky Di Desiderio, Alejandro Weber, Paula Morales, Lucía Gonzalez Azurey, Carolina Alfonso (equipo del espectáculo. Falta el escenógrafo a quien no conocí durante los meses de ensayo). 

Me he tomado un poco más de 24 horas, marcelo, para contestarte tu artero mail y, finalmente, decido contestártelo con copia al equipo todo. Equipo del que nadie se comunicó conmigo para preguntarme "qué quería hacer yo con lo que estaba pasando" ni nadie consideró que lo que está sucediendo es un problema de un equipo todo. De un colectivo de trabajo. De una cooperativa. De algo que, en todo caso, debe decidirlo el conjunto de integrantes y con la damnificada en presencia.


Quiero que sepan que esta respuesta será difundida entre gente que deseo se entere de lo que me pasó, y de lo que puede pasar en una cooperativa que no se hace cargo de que en una “cooperativa” un director no debe enarbolarse en “padre” para ejercer el patriarcado, o en patroncito de estancia y despedir a sus peones cuándo y cómo se le dé la gana. 


He pasado en estas horas por el infierno de la angustia y por el infierno de la ira. Pero por sobre todo, he pasado por el infierno de la soledad más absoluta en relación a una actividad colectiva que me dejó sola frente a una injusticia mayúscula.


Ya un poco más tranquila, Alplax mediante porque ayer a la tarde debí ir al médico por los síntomas que se me presentaban en medio de tanta angustia, puedo sentarme a contestarte. Lo hago de acuerdo con lo que estoy convencida: con copia a todos los involucrados en el tema. Porque como sabemos, y algunos se llenan la boca declamándolo pero luego no lo ejercen, el teatro es un arte colectivo. Y el teatro en cooperativa es la sociedad lo más igualitaria que se ha logrado en esta actividad independiente. COOPERATIVA e INDEPENDENTE. Lo que significa que no tiene patrones ni dueños.


En 35 años y 52 espectáculos estrenados nunca me ha sucedido algo semejante. Inaudito, insólito, desolador. Ni sobre mi persona ni sobre una compañera o compañero de elenco. NUNCA. Y no he estado en elencos fáciles... Y hasta he pasado por la instancia de separar a alguien pero se ha hecho en reunión de equipo y con el compañero presente. ¡¡¡¡¡POR FAVOR!!!! Me echaste del proyecto por mail... pensalo y sentí remordimiento porque amerita, marcelo.


Me pregunto, marcelo, quién te descalificará tanto en la vida para que un cuestionamiento de una actriz que estás dirigiendo te haga sentir descalificado... Porque sólo eso me explicaría que te hayas sentido así porque yo te discuta un par de cosas en relación al trabajo que estábamos haciendo juntos. 


El jueves me invitaste a tomar un café (que pagué yo, dicho sea de paso) y no me dijiste UNA sola palabra de descalificaciones ni de mal clima de trabajo. ¡EL JUEVES! Dos días antes de tu mail traicionero. Este último jueves 9 de febrero. Ni una palabra. Todo lo contrario. Me hablaste de lo bien que lo estabas pasando, de lo que te gustaba cómo estábamos trabajando y solo me cuestionaste que te había pedido no ensayar el viernes próximo porque necesitabas que ¡YO EMPEZARA A PEDIRTE ENSAYAR MAS, NO PEDIR DIAS! Es más, esa misma noche me mandaste un mail con todo el cronograma de ensayos desde el 1° de marzo al 12 de abril (mail que tengo guardado muy cuidadosamente).


A la mañana siguiente, el viernes, ensayamos. Ensayamos bien. Trabajamos sobre una escena complejísima, la fuimos sacando adelante, hablaste de lo contento que estabas porque íbamos logrando lo que querías, lo que nos habíamos propuesto, inclusive llegaste a decirme a mi directamente: "Stella, ¿vos te das cuenta de que vamos logrando lo que vos decías sobre que ninguno de los dos personajes sea ni víctima ni victimario?"


Luego me manifestaste que seguramente mi personaje no terminaría usando el chal que he usado desde el primer ensayo y por eso tuvimos un intercambio de opiniones que a mi entender no llegó ni a discusión. Te pregunté "cuándo pensabas decírmelo" porque era un elemento que usaba desde el primer ensayo, que me servía para ir construyendo y para diferenciar a Stella de Laura... Te dije que si la vestuarista iba a tener esa decisión final era necesario que ella estuviera allí trabajando a nuestro lado. Ahí te pusiste loco y me contestaste que "el padre del espectáculo eras vos a pesar de que no sos Strindberg". Cuando te pregunté qué querías decir mencionaste lo de la descalificación. ¿Eso te hizo sentir descalificado?


Volveré sobre este punto luego.


Es inevitable que me pregunte qué pasó entre el viernes al mediodía cuando me fui del ensayo y ese mismo viernes a la noche cuando escribiste el inmundo mail que me mandaste. Eso sumado a ciertos silencios me hace pensar que “Algo huele a podrido” como dice mi querido William o “acá hay un muerto y empieza a oler” como dice August en El Padre. 


Ahora voy a contestarte tu mail parte por parte. Lo que está en negrito es lo tuyo y lo que está en rojo lo mío (por si hace falta aclarar):


De: Marcelo Velazquez marchu.2008@gmail.com 
Fecha: 10 de febrero de 2017, 21:57:39 ART 
Para: Stella Matute stellamatute@gmail.com 
Asunto: El padre/Strindberg 

 “Querida Stella,

¡¡¡¡QUERIDA!!!! me decís... me estás echando de un proyecto ¡¡¡por mail!!!! y me decís "querida".

estuve considerando diferentes situaciones que se han ido suscitando a lo largo del proceso de trabajo y, específicamente, las que atravesamos en los dos últimos ensayos de jueves y viernes, en los que sentí que no podemos entendernos en el trabajo creativo y en la relación director-actriz que nos convoca.

Nunca me dijiste una palabra sobre “diferentes situaciones que se han ido suscitando”. NUNCA. Todo lo contrario. Y hablás de los dos últimos ensayos (jueves y viernes) cuando el jueves a la noche estuvimos tomando un café y no tocaste el tema. No mencionaste nada, absolutamente nada, que hubiera sucedido esa mañana como para que vos menciones esto. No tengo idea de qué hablás salvo el hecho de que yo te haya cuestionado que si le das a la vestuarista la autoridad de decidir qué elementos podemos o no usar, necesitaríamos que ella esté en algunos ensayos y hable con nosotros. Mientras yo ensayé Paula vino a dos ensayos y no me dijo una sola palabra sobre el chal. Pero fundamentalnte no tengo idea de qué cosas son las que te hicieron sentir que no podíamos entendernos cuando durante todo este tiempo me dijiste lo contrario. 

Entonces, como impulsor del proyecto y como director, tomé la decisión de desvincularte del espectáculo.

Ni el impulsor de un proyecto en cooperativa ni el director son “el dueño” de un espectáculo. Vos no tenés esa autoridad aunque te la creas. Y si te considerás con esa autoridad, deberías tener los huevos de llamarme, citarme y decírmelo de frente. Pero lo que correspondía era que llamaras a una reunión de equipo y se hablara entre todos y se decidiera entre todos. NO SOS EL DUEÑO NI EL PATRON, marcelo. Aunque bien que te gustaría serlo, evidentemente. 

No es mi estilo (y es la primera vez que me sucede esto en un trabajo colectivo) comunicar una decisión a través de un mail. Pero, en verdad, me vi descalificado en mi rol de director y esto me produjo un estado de ánimo que no me permite en este momento abordar una conversación personal para tal fin.

No es tu estilo, pero lo hacés. A 24 hs de criticar a una actriz que te comunicó por mail sus problemas de horario (que no fui yo) vos echás a otra actriz por mail. No, yo no te descalifiqué. Vos te descalificás solito. Si un intercambio de opinones laboral te hace sentir descalificado es porque no podés dirigir, velazquez. Y acá sí, me pongo agresiva y descalificadora. Te sentís muy cocorito y director y padre y dueño pero no tenés los huevos necesarios para enfrentar la situación y me echás por mail… permitirme reirme de vos. 

Estoy convencido de que en otro momento podré hacerlo ya que siento un gran cariño por vos.

No… no te convenzas tanto. Porque no solo no voy a tomar un café nunca más con vos. Voy a tratar de evitarte en donde te encuentre. Y no hace falta decirte dónde podés meterte tu cariño por mí.

Siempre desarrollé cada uno de mis proyectos teatrales en un marco de armonía, alegría y placer para llevarlos a su concreción. Este proyecto no es ajeno a ese deseo, por lo que no voy a permitirme resignar los objetivos que me propuse.

La armonía, la alegría y el placer en los proyectos teatrales (como en la vida misma) incluyen desacuerdos, discusiones y solución de problemas. Sino, parecen los globitos del pro. No puse absolutamente ningún clima de desarmonía, tristeza ni displacer. Sólo trabajé con el mayor de los compromisos (como es mi costumbre) en lo que más me apasiona en la vida y defendí mi postura. Soy una actriz que defiende posturas pero también una actriz de gran adaptación y muy obediente… Nuestro desacuerdo del viernes era algo a resolver, y así quedamos cuando me despedí. 

Espero sepas respetar las razones por las cuales elegí este medio para comunicártelo y, ojalá, una vez superada esta conmoción que siento puedas aceptar la invitación a tomar un café.

No, no las respeto. Es más: las repudio. Y podés meterte tu conmoción en el mismo lugar del cariño. Y la próxima vez que invites a una actriz a tomar un café, pagáselo. Cada vez. No una sí y otra no para compensar. 

Te mando un abrazo, lo mejor para tu año,

¿Lo mejor para tu año? ¿Te das cuenta de lo perverso de tu deseo? Acabás de arruinarme mucho más que este año, marcelo. Me has arruinado las ganas de hacer teatro, de confiar en la gente, de creer que es posible. 

Muy respetuosamente,

Tu respeto…. Bueno, ya sabés… ya sabés lo que siento por tu respeto. 

Marcelo.”

Stella Matute – DNI 13.880.036 – Afiliada a AAA 11.576

2 comentarios:

Sandra de Luca dijo...

Ese "señor" no sólo carece de ética y de conocimientos básicos como el de "cooperativismo" si no, además es un COBARDE.
Dos motivos considero han de haber sido los que lo han impulsado a esta aberración:
1.- Su lamentable autoestima que si no fuera por tratarse de un imbécil, me ofrecería a hacer con él un tratamiento psicológico gratuito.
2.-La -a mi juicio- evidente complicidad del resto de los cooperativistas,( a excepción de quienes has nombrado) que quizás y en sintonía con el nombre de la obra han recurrido al Padre? Y sido gestores silenciosos también de esta situación.
Nadie se solidarizó del resto?
Muertos de hambre les dicen en mi barrio. Hoy en día asistimos a esos cambios de "principios" motivados por unos morlacos asegurados.

En cuanto a vos querida amiga, me alegro enormemente que te hayan ahorrado sentirte avergonzada por la pertenencia a un "colectivo teatral" que no te merece.
La vida se encarga y ese sujeto que se asume como "Padre" de un proyecto de varios también atravesará como es ley, el "asesinato" simbólico que se lo dará un público que no va a responderle ni a él ni a sus bastardos hijos.
Estas para más. No puede esta diminuta piedra en el camino sacarte las ganas de hacer teatro.
El teatro es tu lugar y la vida acomodará las cosas para que queden sobre las tablas quienes de verdad lo merecen.
Vos nunca faltaste de ese lugar.
Tus múltipmes premios hablan por vos.
Sos muy buena en contestarle puntualmente ya que alcanzaba con mandarlos a todos a LRPMQLRMP.
Tranquila Stella.
Somos muchos los que te queremos y valoramos... después de todo quién es ese infeliz?
Y si lee esto y se siente descalificado hace muy bien.
Por si no te quedó claro marcelo velazquez, sos un reverendo pelotudo. Basta leer tu mail para darse cuenta.
Tu goce es mortífero, sabelo.
Sandra de Luca.

Unknown dijo...

Si cree ser El Padre, temerá que las discusiones con la actriz, lo vuelvan muy loco... Jajajjaja! El tipo sabe el final... Es un infeliz...
Algo genial estará por venir.
Huí de ese grupo de gente! Te hicieron un favor.
Ahhh, la chalina las tenés,no?
Te quiero.Guillermina soy.