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Crítica de La Nación - En un día especial...

Me permito dedicarle esta crítica a mi mamá. Dado que la despedí para siempre el mismo día en que salió publicada... Dolorosa paradoja... Estará siempre en mi corazón.


http://www.lanacion.com.ar/entretenimientos/nota.asp?nota_id=1021001&origen=acumulado&acumulado_id=120-6#lectores


Los fantasmas de Art, llevados a escena
Pieza de María Rosa Pfeiffer, en el Teatro del Pueblo

(n.de s.m.: es Arlt, en realidad... se equivocó el titulero)
Viernes 13 de junio de 2008 Publicado en la Edición impresa

Segundo cielo , de María Rosa Pfeiffer. Intérpretes: Stella Matute, Jorge Nolasco, Liliana Weimer, Pablo De Nito, Hugo Mouján. Diseño de escenografía y vestuario: Mariana Tirantte. Música original: Pedro Donnerstag. Diseño de luces: Javier Casielles. Diseño en comunicación visual: Juan Pablo Rodríguez. Operador técnico: Carolina Stegmayer. Asistente de dirección: Romina Oslé. Dirección: Manuel Vicente. En el Teatro del Pueblo (Av. Roque Sáenz Peña 943). Funciones: sábados a las 21. Duración: 70 minutos.

Nuestra opinión: muy bueno (Y LAS CUATRO CORRESPONDINTES ESTRELLITAS)

Elsa, una destacada actriz, se encuentra con un viejo compañero de estudios, hoy abogado. Han pasado muchos años y la relación entre ellos parecía perdida, pero el reencuentro los redescubre. En casa de él, Erdosain, Elsa no sólo recuperará parte de una historia pasada, sino que también reconocerá en su cuerpo cierta atracción por los fantasmas del mundo teatral. En la casa de Erdosain se respira teatro y una vieja versión, escrita y vuelta a escribir muchas veces, de un texto de Roberto Arlt, pondrá en cuestionamiento la realidad de ambos protagonistas. Con Arlt como guía, ellos develarán muchas cosas privadas, a la vez que se animarán a recuperar un tiempo que, según descubren, no se ha perdido, que se mantiene intacto en sus mínimos valores.

El texto de María Rosa Pfeiffer expone un interesante juego dramático en el que la estructura de su pieza, el diseño de los personajes y la recuperación de valores muy intrínsecos al mundo de Roberto Arlt se presentan en un buen equilibrio. El espectador todo el tiempo movilizará su atención entre una realidad y una ficción de límites a veces imperceptibles y esto hace mucho más inquietante el mundo planteado por la autora.

Desde la dirección, Manuel Vicente profundiza en ese juego realidad-ficción que promueve algunos climas muy intensos y, sobre todo, guía a sus intérpretes por un camino delicado que encuentra su mejor respuesta en la labor de Stella Matute. Su Elsa expone unas cualidades muy atractivas. La actriz encuentra en su personaje una serie de aristas más que elocuentes y las va transitando lentamente, hasta imponerse en escena con mucha emotividad. Son destacados también los trabajos de Jorge Nolasco (Erdosain) y Liliana Weimer (Iris). Sus criaturas también son intensas y junto a Matute generan un juego de relaciones sumamente atractivo.

La escenografía de Mariana Tirantte propone una muy buena síntesis a la hora de dar forma a ese espacio complejo, fantasmagórico por momentos y siempre provocador.

Carlos Pacheco